FOTOGRAFÍA

si los barrios hablasen

Los barrios fueron primero gente y luego casas. Los muros de cualquier ciudad están hechos con las vidas de aquellos que la habitan, a veces vidas felices y otras veces dolorosas, pero todas dentro de esta basta estructura que compartimos.

Las calles, avenidas, barrios y edificios fueron creados para hacernos olvidar la vasta nada que supone el espacio infinito. La falta de señales o de límites es tan asfixiante como un trastero lleno de cajas. Para eso nacieron las ciudades, las aldeas o las urbanizaciones, para recoger nuestra angustia ante el vacío y protegernos de ella. Ya sea una calle llena de luces o un callejón ruinoso, el transeúnte se ve aliviado cuando siente que bajo sus pies hay un camino que recorrer. Caminos llenos de mensajes, de oraciones y relatos que cuentan lo que cada uno somos o habríamos querido ser, sonidos que nos hablan.

El barrio de la Concepción, un lugar conocido por esas grandes colmenas donde Almodóvar posó su mirada para inventarse unas cuantas vidas es donde también Paula detiene su mirada para intentar entender. Pero el recurso de esta artista para adentrarse en el lugar es precisamente hacer el gesto contrario, se aleja de él para mirar otros lugares y crear así un contraste.

A veces los contrastes nos ayudan a comprender aquello que necesitamos, pues el choque resultante es en sí mismo un relato. Una cancha gris, insignificante, pues es lo que es sin más proyección, se enfrenta a una fotografía de la calle Serrano, bandera del capitalismo madrileño y lugar de visita de los turistas más deseosos de clase. Este contraste de atmósferas y colores nos aporta sensaciones de nuestro recuerdo, trayendo a la memoria las veces que hemos estado tanto en un lugar como en otro. La visión de estos dos espacios unidos en diálogo nos explota y nos obliga a implicarnos en las dos experiencias. Los planos detalle, en unión a los más generales, crean un dinamismo en consonancia con esos espacios bulliciosos. Tiendas, muros, motos o balcones, la ciudad que Paula presenta la obra es la pura vida de la calle, un contraste continuo que nos ayuda a conocer las gentes que nos acompañan.

Texto: Kika Beneyto – Fotógrafa y profesora de Bellas Artes